En el corazón del Centro Histórico de CDMX se encuentra la Hostería La Bota y, aunque tenemos dudas sobre su servicio, sus tragos populares, paredes llenas de recuerdos viejos y movimientos culturales contestatarios la convierten en un lugar para vivir la noche bohemia.
Con una temática española, la Hostería La Bota ha sido uno de los centros culturales alternativos más importantes del Centro Histórico en CDMX desde 2005. A pesar de que el servicio es lento y llega a ser deficiente e incluso frustrante, el encanto cultural de este lugar y su comida sigue manteniendo su reputación (casi) intacta.
El local se ubica actualmente en el número 40 de la calle peatonal San Jerónimo, a una calle del Metro Isabel la Católica. Sus paredes están adornadas con viejos recuerdos de México y España, además de reminiscencias taurinas y literarias. De hecho, en su entrada tiene grabado un fragmento del poema Tabaquería del escritor portugués Fernando Pessoa:
«No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo».
También están las palabras de Antonio María Galera: «Antes del fin del mundo escribiremos otro». CONOCE LA HISTORIA LGBT+ DE CALLES Y AVENIDAS DE CDMX.

Abre sus puertas a la 1 p. m. todos los días excepto el sábado, cuando adelanta su apertura una hora. Por otra parte, de domingo a jueves el restaurante cierra a las 11 p. m., mientras que viernes y sábado mantiene servicio hasta la 1 a. m.
El recinto alberga eventos que van desde lecturas de poesía, catas de vino, eventos de danza flamenca, celebraciones del Orgullo LGBT+ hasta conciertos de rock, reggae y otras formas de música alternativa, además de cursos y talleres de diversas artes. La administración de La Bota publica su cartelera de forma constante a través de sus redes sociales. DESCUBRE LA LICORERÍA LIMANTOUR EN CDMX.
¿Qué ofrece la carta de la Hostería La Bota?
Las jarras de vino tinto, la cerveza y los tragos de la casa son de las cosas más populares del lugar. Constantemente hay promociones y las jarras son una buena opción para grupos grandes o de al menos tres personas.
Algunos de los vinos son baratos y se nota tanto en la textura como en el sabor y acidez del mismo. Esto llega a disgustar a quienes buscan un sabor más refinado en el vino en jarra dentro de una hostería popular.
En la cocina, los calzones, las pizzetas, las pastas y los rollos son platillos que llenarán tu estómago y deleitarán tus papilas gustativas. La variedad de bocatas, por otra parte, podría dejarte con hambre y deseo de una mejor sazón. Los fines de semana a partir de las 3:30 p. m. también sirven paella valenciana. MIRA ESTOS HISTÓRICOS BARES LGBT+ QUE AÚN PUEDES VISITAR.

Detalles a considerar
El servicio de los meseros en el local es inconsistente. Algunos días llegan a ser sumamente invasivos, mientras que otros días pueden tener un servicio perfecto. Sin embargo, en ocasiones los meseros pueden desaparecer o ignorar a una mesa por un largo rato.
Algo que sí es constante es la lentitud de la cocina al entregar los platillos, la cual se alarga en los días de eventos y cuando La Bota se llena a reventar. Esto suele ocurrir los fines de semana.
El comercio llega a experimentar fallos con las terminales de cobro, por lo cual vale la pena ir con 200 a 300 pesos por persona en caso de que se necesite efectivo. Si te quedas hasta el cierre los fines de semana, recuerda que el local se encuentra sobre una calle peatonal que contiene un parque.
Encontrarás gente trabajando en diversos sectores de la ilegalidad y personas sin hogar descansando en las bancas y jardineras cercanas. Controla tu fiesta, respeta la cotidianidad nocturna de la zona y todo saldrá bien. CHECA ESTOS LUGARES LGBT+ EN EL CENTRO HISTÓRICO QUE NO SON BARES.

Lo más notable de la Hostería La Bota es su influencia en algunos círculos culturales de CDMX. En 2022, el local fue clausurado por un proceso burocrático de 2020. Ante lo sucedido, los representantes de La Bota convocaron al público en general a protestar contra la clausura, lo cual generó una serie de conciertos y expresiones artísticas a las afueras del local.
Al final, todo se resolvió de forma burocrática, cuando la administración de la hostería aclaró lo sucedido con el Gobierno local. Sin embargo, queda en el recuerdo urbano las decenas de personas que se levantaron en disgusto cuando este centro cultural fue clausurado por confusiones gubernamentales.